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¿Cómo elegir el tipo de suelo para una casa?

Tipos de suelo
21/09/2022

Elegir el tipo de suelo para una casa es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta cuando realizamos una reforma, rehabilitación o una construcción de obra nueva del que será nuestro hogar. Si estás pensando en cambiarlo, has de saber que hay una enorme variedad de tipos de suelo en el mercado entre los que elegir, tanto en variedad de materiales para cambiar el suelo como en precios y calidades.

¿Cuál es el mejor suelo para una casa?

Para elegir el tipo de suelo perfecto hay que pensar en diversos factores, que van más allá de cuestiones estéticas o de precio. Criterios como la instalación, el mantenimiento y la durabilidad son de suma importancia. Por tanto, hay que tener muy en cuenta el material, los acabados, los tonos y los distintos formatos.

Hay que tener en cuenta que no existe un único o mejor tipo de suelo para la casa. La elección dependerá especialmente de los gustos de las personas, las necesidades de quienes vayan a residir en la vivienda, y la estancia donde se colocará el suelo. Para tener una idea más concreta del resultado final, lo más importante es conocer los tipos de materiales que existen para suelos.

Si estás pensando en cambiar el suelo de tu vivienda pero no sabes cómo elegir el que mejor se adapte a ella y a tus necesidades, te damos diferentes claves que te serán de mucha utilidad para acertar seguro instalando el mejor suelo para una casa.

Factores a tener en cuenta al elegir el suelo de tu casa

En primer lugar, lo más importante será imaginar cómo quieres que sea la estancia, qué sensación desear dar o qué impacto te gustaría causar, teniendo en cuenta sus posibilidades -las características de las estancias y sus limitaciones—. Es decir, hay que hacer un esfuerzo por imaginar la estancia atendiendo al conjunto, y en ningún caso elegir el suelo basándose sólo en él o atendiendo a una habitación vacía. El suelo forma parte de un todo, y tiene que combinar con la sensación y el estilo general que quiere aportar la estancia.

Los colores y la luminosidad

Hay que tener en cuenta que la luz del día va cambiando y, con ella, el reflejo en las habitaciones, suelos o estancias. Poniendo atención en los colores, la imagen de la estancia será distinta si la vemos de noche o de tarde, o bajo luz artificial, que de día o por la mañana, con luz natural.

Por tanto, elegir un buen tono de color, será muy importante a la hora de elegir los tipos de suelo. En general, los colores claros (beiges, apariencia de dorados, roble claro, haya) aportan más luminosidad y amplitud a una habitación oscura y/o pequeña. Si, por el contrario, los espacios son grandes o muy luminosos, un suelo de tonalidades oscuras (wengué, iroko, sucupira, nogal o roble) puede aportar un toque de lujo y sofisticación, por lo que las posibilidades se multiplican.

Además, tu estancia debe tener un estilo conjunto que combine mobiliario, puertas, paredes y cortinas, ya que éstos influyen directamente en el impacto o sensación causado en la estancia. Para ello, hay que atender también al brillo del suelo y no sólo al tono. 

Tipos de estancia

Para garantizar la perdurabilidad de los pavimentos, hay que elegirlos en función del uso y del tránsito de personas que van a tener. Es decir, si va a tener mucho tránsito o, por el contrario, poco.

Por ejemplo, en la cocina o baño los pavimentos deben caracterizarse por ser muy resistentes a la humedad o al vapor puntual que puede darse en estas estancias.

Si se trata de lugares de tránsito muy intenso, como edificios públicos, el desgaste del pavimento será mayor, por lo que habrá que elegir materiales resistentes que aguanten un fuerte tránsito y que sean duraderos.

Durabilidad y mantenimiento

Uno de los factores, también muy importantes a tener en cuenta al elegir tipos de suelo, es el tiempo. Es decir, con el paso de los años el uso y desgaste de los suelos va haciendo mella. Para retrasar el envejecimiento y mal estado del suelo, es muy importante su mantenimiento. En este aspecto también podemos encontrar suelos de todo tipo, algunos de ellos hechos con materiales que resultan muy sencillos de mantener y limpiar, mientras que hay otros, que por el contrario, nos pueden dar algunas complicaciones. 

Precios e instalación

La forma de instalación también influirá mucho en la elección de tipos de suelo ya que hay que tener en cuenta la base sobre la que se va a instalar el suelo. No es lo mismo instalar moqueta o un revestimiento sintético, que puede hacerse sobre cualquier base, que instalar piedra o cerámica, que solo puede hacerse en suelos con base de obra.

Esta información es importante, ya que el precio podrá variar ya que existen tipos de suelo más económicos y fáciles de instalar, y otros que además de ser más caros, conllevan una instalación más complicada, así como la dificultad de renovarlo más adelante.

Tipos de suelo para una casa

Como hemos mencionado, existe una gran variedad de tipos de suelo con características muy diversas. Aquí te damos a conocer todos los que existen con sus características.

Suelos porcelánicos o de gres

Al igual que los suelos laminados y vinílicos, la variedad de estos tipos de suelo es infinita en cuanto a modelos, dibujos o colores. El suelo porcelánico y el gres esmaltado es un tipo de suelo de baldosa que son obtenidos de la cocción de arcillas que, generalmente, suelen llevar un esmaltado superior con el diseño que se elija. Las imitaciones de estos suelos también pueden ser de metales y maderas. Tal es la variedad, que incluso se fabrican multitud de azulejos con relieves y diseños 3D. 

Estos tipos de suelo ofrecen fiabilidad, es decir, que el material no nos dará problemas en el paso del tiempo. Los solados de gres son muy resistentes, se pueden usar sin problemas en zonas húmedas, funcionan perfectamente con suelos radiantes y son extremadamente duraderos. La versatilidad de este material es enorme y puede ser una solución perfecta en casi cualquier situación.

Suelos de madera natural o parquet

Existe gran variedad de tipos de maderas en el mundo, aunque las maderas que se usan para el suelo resultan algo más limitadas. En España, habitualmente tendremos en el mercado tipos de suelo de madera de pino, haya, roble, arce, fresno, castaño, nogal, cerezo, fresno, eucalipto, elondo, jatoba y wengué. 

Dependiendo de la madera que elijamos, ésta tendrá un tipo de vetas y un tono base, por lo que estéticamente, tiene cientos de posibilidades. Si, además, buscamos aún más variedad, podemos utilizar tintes y barnices para alterar el color, el tono y el brillo de la madera. El espesor de estos suelos suele estar entre 1,5 y 2,5 cm.

En cuanto a sus características y funcionalidades la madera se trata de un material natural y cálido, lo que ofrece confort y resulte agradable al pisar. Sin embargo, la madera por muy tratada que se encuentre siempre será un material natural y como tal sufre grandes dilataciones y contracciones, que aumentan las posibilidades de causar ruidos al pisar. 

Además, la madera es un material aislante, por lo que su uso es muy desaconsejable si tenemos suelo radiante en nuestra vivienda, ya que dificulta el paso de la temperatura, haciendo la instalación de calefacción menos eficiente. Por último, tener en cuenta que la madera es un material muy absorbente y no es recomendable usarlo en zonas húmedas, como baños y cocinas.

Suelos laminados

Debido a la dificultad de cuidado, limpieza y mantenimiento de las maderas naturales, surgieron los suelos laminados. Se trata de tipos de suelo que imitan el aspecto de la madera, pero con un mantenimiento mínimo. Los laminados están formados por varias capas (habitualmente derivados de la madera) de muy bajo espesor. En cuanto a los colores y las vetas, se trata de impresiones, por lo que la variedad es infinita. Además, no solo se hacen laminados de imitación madera, sino también de imitación de piedras, textiles o incluso metales.

Al no tratarse de madera natural, sus características cambian completamente, y resultan ser bastante contrarias. Estos tipos de suelo no requieren de mantenimiento, son mucho más resistentes y además son más económicos. Este tipo de suelos se encuentran en diferentes clasificaciones (clase 21, 22, 23 y clase 31, 32, 33, 34), las cuales indican si se trata de suelos para uso doméstico exclusivamente, o si son válidos para comercios.

Suelos de vinilo o PVC

Estos tipos de suelo son similares a los laminados, con la diferencia del material del que están hechos. Como su propio nombre indica, estos suelos están compuestos de PVC, lo que les aporta más resistencia al agua y la humedad.

Las ventajas que ofrecen los suelos vinílicos son las mismas que los laminados, pero además, como hemos comentado antes, son mucho más resistentes al agua y la humedad que los laminados y, una vez colocados, tienen un riesgo mínimo de rotura, ya que son más flexibles. Sin embargo, como punto negativo, estos tipos de suelo son al tacto de plástico, aunque cada vez se encuentran resultados mucho más realistas. Además, no son óptimos para el uso de suelos radiantes, aunque existen modelos específicos para este propósito.

Suelos de piedra natural

Los suelos de piedra natural ofrecen infinitas posibilidades estéticas ya que, además de existir una oferta inmensa en cuanto a tipos de piedra natural, es un material que admite diversos acabados además de caracterizarse por su versatilidad, entre otras muchas ventajas.

Estos tipos de suelo ofrecen las mismas prestaciones que los suelos de gres: son resistentes, aguantan la humedad, funcionan perfectamente bien con sistemas de climatización como el suelo radiante y nos pueden durar toda la vida. Pero, a diferencia del gres, los acabados de piedra necesitan un mayor espacio, ya que los espesores van de los 2 a los 4 cm, solo de material. La gran baza de este material y la razón por la que a tanta gente le gusta tener suelos de piedra natural, es su espectacularidad, cada piedra es única y, por lo tanto, cada solado de piedra también lo es.

Suelos de cemento pulido o microcemento

Estos tipos de suelo no son conocidos por tener una gran variedad estética como hemos podido ver en los anteriores tipos de suelo. El acabado es el resultado del cemento, por lo que la única variedad que podemos aportar al microcemento es en el color, la rugosidad y el brillo, pero el tipo de acabado siempre será el mismo. Los colores, además, suelen estar bastante limitados ya que ejecutan añadiendo pigmentos al microcemento, que ya tiene su propio color. Lo bueno es que el aspecto del microcemento depende de la forma en la que se aplique y, por lo tanto, nunca encontraremos dos iguales. 

Se trata de un material muy versátil y ofrece buenas soluciones. Su espesor es mínimo, no sobrepasando los 3 mm, y no necesita ningún otro material de agarre o soporte, por lo que lo podemos colocar en cualquier estancia. Estos tipos de suelo son de un material impermeable, por lo que se puede instalar en el baño, aunque si queremos ponerlo en el interior de la ducha, será mejor utilizar mortero de cal (de aspecto muy similar). No necesita juntas y no se va a agrietar, a no ser que se agriete la superficie a la que esté agarrado. Y, sobre todo, es visualmente muy atractivo en casi cualquier espacio de la casa.

Suelos linóleos

Los suelos de linóleo son suelos naturales hechos a base de aceite de linaza y otros materiales prensados como yute, piedra molida o harina de madera. Por esa razón son suelos muy ecológicos, que pueden ser desechados, sin dejar residuos al final de su vida útil, porque son biodegradables. 

Estos tipos de suelo no son de las opciones más modernas, sin embargo han resurgido gracias a su sostenibilidad y su económico precio. Permiten reformas parciales relativamente rápidas y, dado su bajo espesor, de 2 a 4 mm, no precisan de obras. Entre sus desventajas, hay que destacar que no son muy resistentes a la humedad y se pueden decolorar con el sol.

Suelos de baldosa

El azulejo o baldosa es un tipo de suelo que antiguamente se usaba para todo tipo de estancias de la vivienda, sin embargo, su fragilidad hace que en la actualidad se utilice en espacios determinados como el baño o la cocina. En cuanto a estética, sus variaciones son infinitas, pueden ser de todo tipo de colores, formas o dibujos.

Por una parte es un material muy económico y fácil de limpiar, sin embargo, por su baja resistencia son muy propensos a las grietas y roturas, por lo que su vida útil puede estar limitada si no se hace un buen mantenimiento y se tratan con delicadeza. Es impermeable y resistente al agua, pero resulta frío y si está mojado puede llegar a ser muy resbaladizo.

Suelos de resina epoxi

Se trata de una de las nuevas tendencias en interiorismo, que han reparado en los suelos de resina epoxi como una forma ideal de cambiar el suelo tradicional por suelos continuos de diseño en muy diferentes colores y sin juntas. Permiten reformas parciales muy rápidas ya que no es necesario levantar el suelo anterior, salvo que sea de madera. 

Se trata de tipos de suelo impermeables, antideslizantes, higiénicos al no tener juntas, y resistentes a la acción de los rayos del sol. Al ser autonivelante y tener un bajo espesor, se instala sobre el suelo anterior sin problemas.

¿Qué suelo elegir para cada zona de la casa?

Como hemos visto, existe una gran variedad de tipos de suelo fabricados con diferentes materiales y que ofrecen determinadas características. Cada espacio de la casa, tendrá diferentes necesidades a cubrir así como diferentes funciones, por lo que será imprescindible elegir el suelo más adecuado para cada una de las estancias, de manera que nos aseguraremos la durabilidad del suelo, así como un impacto visual.

  • Salón y dormitorios: este tipo de estancias necesitan pavimentos cálidos, confortables y que creen un ambiente acogedor, pero también que resistan bien el paso del tiempo y el desgaste. Una buena opción son los suelos laminados o de madera/parquet, un suelo cálido y confortable a la hora de pisar, incluso si vas descalzo. Otra buena opción son los suelos cerámicos o de gres, un material sin juntas y en sus tonos claros, refleja la luz y aporta luminosidad y amplitud. Un suelo resistente para toda la vida, y sus acabados imitación madera, hormigón y piedras naturales, lo hacen un suelo aún más versátil.
tipos-de-suelo-dormitorio
  • Cocina: lo ideal será un suelo resistente, que no absorba manchas de grasa o de frutas ácidas y resista los golpes, como el caso de los suelos cerámicos y porcelánicos. También el cemento pulido que es tipo de suelo continuo sin juntas resulta muy resistente, higiénico y antideslizante, además de tener propiedades ignífugas.
tipos de suelo cocina
  • Baño: esta estancia necesita un suelo resistente al desgaste y que soporte la humedad y los cambios de temperatura. Estas características pueden aportarlas suelos de piedras naturales, gres, microcemento, e incluso madera, con un tratamiento hidrófugo. También podemos optar por la opción más tradicional: las baldosas, por su resistencia al agua.
tipos de suelo baño

¿Cuáles son los suelos más resistentes para una casa?

Una opción de suelo resistente, son los suelos tradicionales como el parqué o los materiales cerámicos, sin embargo, en los últimos años han aparecido otras opciones, entre las que destacan el microcemento y el hormigón pulido. Otra opción resistente a todo tipo de condiciones son los suelos de piedra. Sin embargo, todo dependerá del uso que se le dará, del tránsito y del mantenimiento.

¿Cuánto cuesta poner el suelo de una casa?

En consonancia con la gran variedad de tipos de suelo que hay, el precio de estos también varía, por lo que es imposible dar una cifra exacta, ya que también dependerá de las dimensiones de la zona donde se vaya a instalar. Para dar una idea aproximada, te mostraremos una estimación de precios de varios tipos de suelos.

  • Porcelánico: el suelo porcelánico puede costar entre 15 y 35 €/m2, aunque hay materiales desde 10 €/m2. La mano de obra suele salir por un precio de entre 13 y 25 €/m2. Al final, lo más habitual es que el suministro e instalación de este tipo de suelo cueste entre 22 y 45 €/m2.
  • Parquet y suelos de madera: el precio oscila entre 30 y 80 €/m2, aunque es posible encontrar suelos de entre 10 y 30 €/m2. También hay que tener en cuenta el precio de instalación, que suele moverse en una franja de entre 10 y 20 €/m2, aunque puede alcanzar los 50 €/m2.
  • Suelos laminados: incluyendo suministro e instalación, suele oscilar entre 20 y 40 €/m2. Solo el material puede costar entre 5 y 30 €/m2.
  • Suelos cerámicos: suele costar entre 15 y 20 €/m2, aunque las franjas reales pueden rondar entre 7 y 60 €/m2. El precio de instalación dependerá de si hay que retirar el suelo anterior.
  • Piedra natural: los suelos de piedra natural suelen tener precios de los más elevados. Es posible encontrarlos con un coste de entre 30 y 70 €/m2, aunque de media es posible instalar suelos de calidad por precios de entre 50 y 60 €/m2.
  • Microcemento: puede costar entre 35 y 100 €/m2. Sin embargo, lo más habitual es que las tarifas se encuentren entre los 50 y los 60 €/m2.
  • Suelo vinílico: son de los más económicos, ya que es posible adquirir el material por precios desde 5 €/m2 hasta 60 €/m2. Si le sumamos la mano de obra (entre 5 y 10 €/m2), instalar suelo vinílico te puede costar entre 10 y 70 €/m2.
  • Suelos de resina epoxi: suelen costar entre 60 y 90 €/m2.

¿Cuáles son los mejores tipos de suelos para exteriores?

Al igual que para el interior de la vivienda, las opciones de suelo para exteriores son varias. A continuación, te mostramos las más recomendadas:

  • Suelos de madera: otorga una sensación de naturalidad y confort, y tiene múltiples cualidades como su belleza estética, la calidez al tacto, su estilo clásico, su aislamiento térmico, sus propiedades antideslizantes que son ideales para una terraza, un porche o un balcón.
  • Composite: imita a la madera natural, y cuenta con diseños versátiles y coloridos adaptados a los gustos más exigentes. No necesita mantenimiento, no se pudre ni se agrieta y está elaborado a base de resinas sintéticas completamente reciclables. Sin embargo, frente a la ruptura de una de sus piezas puede ser difícil su restauración.
  • Piedra: es uno de los materiales más imponentes para el exterior, por su dureza y belleza, tanto en su estado natural como pulida. Es un suelo de gran resistencia que no necesita mantenimiento, y es ideal para quienes tienen jardines con abundante vegetación. Una desventaja de este tipo suelo es su coste e instalación.
  • Cerámica: puedes encontrar una gran variedad de formatos y diseños, son de fácil instalación y gran durabilidad, además soporta sin alterarse las condiciones climáticas. Es importante elegir una cerámica antideslizante, ya que, cuando está húmeda o mojada puede ser muy resbaladiza para espacios exteriores.
  • Cemento: son de un material muy versátil que sirve tanto para interiores como exteriores. Es de fácil instalación y bajo coste, por otra parte, te aporta la oportunidad de tener un suelo continuo, otorgando una mayor amplitud al espacio.
  • Gres porcelánico: se caracteriza por su resistencia y dureza, y soportar cualquier tipo de inclemencias meteorológicas. Este suelo cuenta con un 3% de absorción, siendo casi impermeable, haciendo que no haya peligro de que se resquebraje. Es posible encontrar numerosos formatos y diseños, incluso imitaciones de otros materiales como la madera. Y aunque no sea el suelo más económico, sí es de los más recomendados.
tipos de suelo exterior

Ahora que ya conoces los diferentes tipos de suelo que puedes poner en tu hogar, es hora de decantarse por uno o varios de ellos, según la estancia y necesidades. Igualmente, te aconsejamos siempre que consultes a profesionales para instalar el suelo de casa, pues cada caso es distinto y así siempre te asegurarás un trabajo de calidad.

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