La neuroarquitectura es una nueva corriente que combina arquitectura y neurociencia con el objetivo de diseñar espacios que influyan de la manera más positiva posible en la mente y en el bienestar de las personas que los ocupan.
Esta nueva disciplina surge a raiz de la necesidad de mejorar la calidad de vida de las personas. La arquitectura es una disciplina en constante evolución, ya que incide en múltiples aspectos de la vida humana. Pasamos nuestra mayor parte del tiempo dentro de edificios, por lo cual es fundamental que esta disciplina no solamente se base en la construcción de estos y el estudio de los diferentes espacios, sino en que el ser humano se encuentre cómodo en ellos.
¿Qué es la Neuroarquitectura?: Definición
La Neuroarquitectura es una interdisciplina que se enfoca en comprender cómo el entorno construido afecta la mente y el cuerpo de las personas.
Su objetivo es diseñar espacios que optimicen el bienestar, la funcionalidad y el rendimiento de quienes los utilizan. Para lograrlo, la Neuroarquitectura se basa en la investigación científica sobre el cerebro y el comportamiento humano, integrando hallazgos neurocientíficos en el diseño arquitectónico.
Todo esto en base a la observación de la arquitectura desde la perspectiva de como funciona el sistema nervioso y como el entorno arquitectónico afecta a determinados procesos cerebrales que tienen que ver con las emociones, favoreciendo la producción de oxitocina y serotonina, secreciones relacionadas con las sensaciones placenteras, la relajación y la felicidad.
En esencia, la Neuroarquitectura se encarga de crear entornos que estimulan de manera positiva nuestras emociones, cognición y comportamiento. Esto se logra a través de la consideración de aspectos como la luz, el color, la acústica, la distribución del espacio y la conectividad, con el fin de crear lugares que fomenten la productividad, la relajación y el bienestar emocional.

¿Como surge la Neuroarquitectura?
La Neuroarquitectura no tiene un único punto de origen, pero se puede rastrear su desarrollo a lo largo de varias décadas.
En la década de 1960, aunque la Neuroarquitectura como termino no existía todavía, algunos arquitectos y diseñadores comenzaron a experimentar con la incorporación de hallazgos psicológicos y neurologicos en sus diseños. Pioneros como Christopher Alexander, con su libro “A Patern Language” propusieron principios de diseño basados en la observación de como las personas interactúan con el entorno construido.
Más adelante en 1990, la neurociencia y la psicología ambiental avanzaron significativamente, lo que proporcionó una base más sólida para la Neuroarquitectura. Investigadores como Stephen Kaplan, Rachel Kaplan y Roger Ulrich realizaron estudios sobre cómo el entorno influye en la percepción, el estrés y el bienestar. Fred H Gage y Peter Erikson, neurocientificos, descubrieron además en 1998, que el cerebro humano es capaz de producir nuevas neuronas en la edad adulta, con un entorno estimulante. Concluyendo, en que el diseño de los edificios en los que habitamos puede cambiar nuestra conducta y modificar nuestro cerebro.
A partir de los 2000, hubo un aumento en la atención a la relación entre la arquitectura y la neurociencia. Se formaron grupos de investigación interdisciplinarios que exploraron cómo el entorno físico afecta en el cerebro y el comportamiento humano. Lo que llevo a que de 2010 en adelante, la Neuroarquitectura continuase desarrollándose, con más arquitectos y diseñadores incorporando principios basados en la neurociencia en sus proyectos. Además, se establecieron organizaciones como la Academy of Neuroscience for Architecture (ANFA) en 2003, que promovieron la colaboración entre neurocientíficos y arquitectos.
Aunque no hay un solo momento o individuo que se pueda atribuir como el punto de origen de la Neuroarquitectura, su desarrollo ha sido un proceso gradual que ha ganado impulso con el tiempo, a medida que la investigación en neurociencia y la conciencia de la importancia de los entornos construidos en la calidad de vida han evolucionado.
Principios de la Neuroarquitectura
La Neuroarquitectura establece algunas claves principales a la hora de diseñar los espacios, que consiguen que la mente se estimule y permanezca relajada:
- La Iluminación: la luz atrae al ser humano, conviertiendose en un elemento clave que nos guía en nuestra experiencia en un edificio o espacio. La exposición a la luz natural mejora el estado de ánimo y el rendimiento cognitivo. De esta manera, los espacios bien iluminados promueven la concentración y la vitalidad, ayudando a relajar la mente.
- Espacios Abiertos y Flexibles: Los espacios abiertos y flexibles fomentan la interacción social y la creatividad. La Neuroarquitectura valora la flexibilidad para adaptar los entornos a las necesidades cambiantes de sus usuarios.
- Conexión con la Naturaleza: la sensación de estar encerrados puede generarnos estrés, pudiendo afectar también a nuestro rendimiento disminuyendo la productividad de las personas. Sin embargo, la presencia de elementos naturales, como plantas y vistas al exterior, reduce el estrés y aumenta la sensación de bienestar, abriendo la mente, aumentando la concentración y favoreciendo la calma.
- Ergonomía y Comodidad: El mobiliario y la disposición de los espacios deben ser ergonómicos y cómodos, promoviendo la salud física y mental. La altura de los techos por ejemplo, influyen en la concentración y las actividades de las personas. Los techos altos favorecen a la realización de tareas mas creativas, mientras que los techos bajos capacitan tareas de carácter mas rutinario.
- Acústica Apropiada: El control del ruido es fundamental. Un entorno tranquilo o con sonidos agradables mejora la concentración y reduce la fatiga.
- Colores y Diseño Estético: El uso de colores y diseños atractivos puede influir en el estado de ánimo de las personas. Los colores cálidos pueden promover la relajación, mientras que los colores vivos pueden fomentar la creatividad. Los tonos cercanos a la naturaleza, como pueden ser los tonos verdes, azules o amarillos, reducen el estrés, aumentando la sensación de confort e incidiendo sobre la percepción del espacio como un edificio saludable. Por otro lado el rojo, por ejemplo, capta más la atención de los receptores, siendo más útil en tareas que requieren mucha concentración
- Elementos arquitectónicos: los ángulos o formas empleadas en la arquitectura, tampoco han de ser elegidos al azar, ya que también influyen en el cerebro humano. Los espacios rectangulares tienden a ser mas entendidos como edificios menos agobiantes que los que, por ejemplo, son cuadrados. Los ángulos marcados de las edificaciones, por otro lado, pueden generar mas estrés o ansiedad, en comparación a las curvas o contornos suaves, que generan una sensación de seguridad y comodidad.

¿Como se aplica la Neuroarquitectura?
La aplicación de la Neuroarquitectura involucra una serie de pasos, para poder crear espacios que influyan positivamente en la mente y el bienestar de las personas. Para poder aplicar esta disciplina a de tenerse en cuenta, en primer lugar, cual es la característica a resaltar en nuestro espacio, ya que dependiendo de su función, varia el diseño.
Para ello, hay que comenzar con la investigación de las necesidades y preferencias de los usuarios. Esto incluye estudios sobre cómo el espacio se utilizará y cómo afectará en la mente de las personas. Es necesario evaluar como las personas navegan en un espacio en particular y como la falta de orientación puede afectar negativamente en su experiencia.
La información recopilada se utiliza para informar del diseño arquitectónico. Esto puede incluir la selección de materiales, la distribución del espacio y la elección de colores, buscando así soluciones que faciliten la navegación intuitiva y reduzcan la confusión.
A medida que se utilizan los espacios, se recopilan datos para evaluar su impacto en el bienestar y el rendimiento de los usuarios, permitiendo así ajustes y mejoras continuas.
La colaboración de arquitectos, neurocientíficos, psicólogos y otros expertos para garantizar un diseño eficaz es imprescindible. La Neuroarquitectura se aplica al considerar como el cerebro procesa la información espacial y visual, y al diseñar entornos que faciliten la navegación y reduzcan la confusión.
Neuroarquitectura: Ejemplos
Salk Institute for Biological Studies, La Jolla, California, EE.UU
El Salk Institute es un centro de investigación científica que fue diseñado por el arquitecto Louis Kahn y el biólogo Jonas Salk. Aunque no es un edificio de oficinas en el sentido tradicional, se ha construido teniendo en cuenta los principios de la Neuroarquitectura:

- Conexión con la Naturaleza: El instituto se encuentra en un entorno escénico con vistas al océano. La proximidad a la naturaleza y las vistas panorámicas proporcionan a los investigadores un ambiente inspirador y relajante que promueve la creatividad y la concentración.
- Espacios Abiertos y Colaborativos: Los espacios de trabajo en el Salk Institute están diseñados para fomentar la colaboración entre los científicos. Las áreas comunes y los patios son acogedores y propician la interacción, lo que puede mejorar la calidad de vida de los investigadores y estimular la innovación.
- Diseño Minimalista: El diseño minimalista del edificio se centra en la simplicidad y la funcionalidad, lo que ayuda a reducir distracciones y a crear un entorno propicio para la concentración y la reflexión.

The Edge, Amsterdam, Países Bajos
The Edge seria otro ejemplo de Neuroarquitectura. Se trata de un edificio de oficinas en Amsterdam, el cual es considerado uno de los edificios mas inteligentes y sostenibles del mundo. Este esta diseñado teniendo en cuenta los principios de la Neuroarquitectura de la siguiente manera:

- Luz Natural y Vistas: El edificio está diseñado para maximizar la entrada de luz natural en todos los espacios de trabajo, reduciendo así la fatiga ocular y mejorando el bienestar. Además, las vistas desde las ventanas ofrecen vistas verdes y al agua, lo que ha demostrado reducir el estrés y aumentar la productividad.
- Espacios Flexibles: The Edge utiliza un diseño de espacio de trabajo flexible que permite a los empleados elegir el entorno de trabajo que mejor se adapte a sus necesidades en un momento dado. Esto se basa en la idea de que la autonomía y la elección promueven la satisfacción laboral y la creatividad.
- Sensores y Control Ambiental: El edificio utiliza sensores para monitorear constantemente la temperatura, la iluminación y la calidad del aire en tiempo real. Esto permite ajustar automáticamente el ambiente para mantener un nivel óptimo de comodidad y concentración.

Estas características, basadas en la Neuroarquitectura, han demostrado aumentar la productividad de los empleados y mejorara su bienestar general en el lugar de trabajo.
La Neuroarquitectura, es por lo tanto, una disciplina que ha llegado para revolucionar la forma en que diseñamos y experimentamos los espacios. Al integrar la ciencia del cerebro con la arquitectura, podemos crear entornos que mejoren la calidad de vida y el bienestar de las personas.