ANFAPA, la Asociación de Fabricantes de Morteros y SATE, nos habla de los morteros de albañilería en contacto con ladrillos de baja succión y ofrece consejos a los profesionales, tanto en lo referente al mortero como en lo relacionado con el ladrillo.
Morteros de albañilería
La interacción pieza-mortero se debe a un proceso físico mecánico donde el mortero en estado plástico, aplicado sobre las piezas, facilita que el cemento penetre en los poros del ladrillo, según recuerda ANFAPA.
De esta forma, al formarse las agujas del cemento hidratado se completa el fenómeno de fraguado donde se generan enlaces físicos entre el mortero y el ladrillo colocado.
Cuando se trata de ladrillos de baja succión, como por ejemplo los vitrificados -los cuales pueden llegar hasta valores de 0,01 g/cm2 min-, su porosidad superficial es sustancialmente menor que lo común.
Efecto asociado
En estos casos, el ladrillo apenas succiona la lechada y, por tanto, no permite la mencionada adherencia mecánica. En consecuencia, se disminuye o inhibe el mecanismo de anclaje comentado, ya que los morteros convencionales no tienen por qué poseer una importante adherencia química (mediante el uso de resinas).
Por ello, para un mismo mortero, la adherencia resultante con un ladrillo de baja succión resulta muy inferior a la obtenida con una pieza convencional, de mayor porosidad.
Otro efecto secundario
Aparte de lo mencionado, otro efecto secundario radica en que la junta se hunde o se estrangula debido a que el mortero permanece fresco mucho tiempo. El retraso en el fraguado facilita que, al ir añadiendo peso, los tendeles se aplasten y el mortero rebose provocando un ensuciamiento del paño.
Para reducir estos efectos, deben seguirse algunas recomendaciones tanto referidas al mortero como a la pieza cerámica.
Recomendaciones referentes a los morteros de albañilería
En cuanto a las recomendaciones referentes al mortero destacan las siguientes:
- Reducir la cantidad de agua y las relaciones agua/cemento manejadas, que condicionan la consistencia del mortero. El ladrillo por su baja succión apenas influirá en el contenido de agua que presente el mortero en estado fresco. En este sentido, es aconsejable prescribir morteros con una relación agua/cemento baja. El exceso de agua reduciría la resistencia, retrasaría el fraguado y ensuciaría la fachada al no ser absorbida desde la junta.
- Al reducirse la cantidad de agua el mortero puede perder trabajabilidad. Por ello es preciso:
- Procurar dosificaciones que permitan obtener morteros plásticos.
- Utilizar cal.
- Utilizar aditivos plastificantes debidamente controlados según la Norma UNE 83.200.84. Desconfiar del añadido in situ de plastificantes y tender a morteros ya preparados que los incorporen.
- Exponer al fabricante del mortero la aplicación a la que va destinado, pues es factible adaptar su fórmula a piezas de baja succión.
- Prescribir morteros de denominación alta, mínimo M-10.
- Incrementar moderadamente la proporción de cemento para aumentar así la adherencia.
- Dotar al mortero de un alto contenido en finos.
- En ladrillos klinker no es necesario utilizar aditivos hidrofugantes en el mortero.
- Con carácter general, y especialmente en este caso, no añadir agua a la mezcla para su reamasado.
Recomendaciones referentes al ladrillo
En cuanto a las recomendaciones referentes al ladrillo cabe destacar:
- Impermeabilizar solo la cara vista, por tratamientos de pulverización del hidrófugo y no de inmersión.
- No humedecer los ladrillos. Pues por su baja succión, el fraguado del mortero queda asegurado.
Como conclusión, y dada la evidente complejidad y la gran cantidad de factores enumerados, es recomendable acudir a un mortero fabricado específicamente para el uso de ladrillos de baja succión, lo cual resulta imposible de conseguir con los morteros realizados in situ.
Morteros in situ
Los morteros secos pueden diseñarse teniendo en cuenta los parámetros más adecuados para evitar problemas en este caso particular de fábricas. Desde ANFAPA se recomienda siempre el uso de morteros industriales cuyo control, distribución y homogeneidad garantizan las características necesarias para una ejecución de alta calidad de los muros de fábrica vista.
Estos morteros son los únicos que aseguran una uniformidad en la textura, el tono y el color a lo largo de la obra, lo cual resulta imposible de conseguir con los morteros “in situ”.
Debemos desterrar de las obras los morteros realizados in situ, en cuya elaboración intervienen varias manos, diferentes maneras de hacer y dosificaciones aleatorias que finalmente traen como resultados acabados imperfectos, tonalidades y colores dispares y múltiples patologías que pueden evitarse fácilmente con el uso de morteros industriales los cuales ofrecen todas las garantías del fabricante que los suministra.
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