El ladrillo es un elemento constructivo que nos lleva acompañando toda la vida. De hecho, se estima su uso desde hace más de 11.000 años, tiempo en el que su elaboración apenas ha sufrido cambios más allá de la industrialización y técnicas más modernas o innovadoras de cocido de la arcilla, pero sí en la forma. Eso sí, a pesar de existir diferentes tipos de ladrillos, cuando hacemos referencia a este objeto difícilmente imaginaremos en nuestras cabezas uno diferente al ladrillo perforado.
Aunque quizás lo que creamos que es un ladrillo perforado sea, en realidad, otro tipo de ladrillo. La intención de este artículo es, por tanto, aclarar todos los detalles y características del ladrillo perforado y compararlo con alguno de los otros modelos de uso más frecuente o habitual. En cualquier caso, el ladrillo cerámico (perforado o no) ofrece ventajas frente a otros materiales como la circularidad, resistencia al fuego, aislamiento térmico y acústico, elevado rendimiento y precio contenido. Solo hay que elegir el más idóneo para cada situación.
¿Qué son los ladrillos perforados?
El ladrillo perforado o gero es un elemento de construcción que dispone generalmente de perforaciones circulares o en forma de rombos. El interior de este tipo de ladrillo presenta entre un 10 y un 33% de volumen de huecos (dependiendo del país, como veremos más adelante) y es una de las piezas cerámicas más usadas en construcción. Su uso generalmente está dirigido a construcciones que van a soportar un peso elevado.
Son piezas de arcilla cocida huecas destinadas que se usan tanto en exterior como en interior y garantizan requisitos acústicos, térmicos y de resistencia al fuego. Las dimensiones de un ladrillo perforado varían en función del tipo de bloque que sea y de la empresa que lo fabrique.
¿Por qué los ladrillos de construcción suelen tener agujeros?

Las perforaciones en las distintas caras del ladrillo permiten al ladrillo una buena adhesión del mortero con la pieza cerámica, asegurando una buena resistencia mecánica y estanqueidad. Además, sus huecos permiten reducir su peso y les otorgan más capacidades de aislamiento acústico y térmico.
Diferencia entre ladrillo macizo, perforado o hueco
Como decía al principio, existen diferentes tipos de ladrillos. Los más comunes, además del ladrillo perforado, son el macizo y el hueco. Estas tres variedades presentan diferencias notables en su composición, especialmente en el porcentaje o cantidad de volumen hueco del bloque. Este hecho es muy significativo, ya que dependiendo de las necesidades de la construcción a realizar será más adecuada una opción u otra.
Así, un ladrillo macizo es el que tiene menos del 10% de volumen hueco, mientras que si supera el 33% de vacíos será un ladrillo hueco. No obstante, estas definiciones varían dependiendo del país. En Estados Unidos por ejemplo, que se rige por lo que dictamina la ASTM (American Society for Testing and Materials), los ladrillos huecos (hollow bricks) incluyen perforaciones de 25% a 60% de su sección en un plano paralelo a la superficie y que corte los vaciados. Si, por el contrario, la cavidad es inferior al 25% son considerados ladrillos macizos.
Ladrillo hueco
El ladrillo hueco (también llamado Borgoña) presenta agujeros en las caras laterales de la pieza. Al igual que los ladrillos perforados son piezas de utilización muy frecuente, que pueden ser de diferentes dimensiones y tener una cantidad variable de agujeros. La normativa española distingue entre ladrillo aligerado, cuyos huecos ocupan entre el 45% y el 60% en volumen, y ladrillo hueco, entre el 60% y el 70%. Su uso suele estar destinado normalmente a la construcción de elementos divisorios en fábrica de albañilería interior y revestida.
Por otro lado, podemos clasificar los ladrillos huecos en función del formato en dos grandes grupos: ladrillo hueco de formato tradicional y ladrillo hueco gran formato. Además según el grosor y el número de agujeros se distinguen los ladrillos huecos sencillos, dobles, triples o cuádruples. Entre estos, destacamos:
- Ladrillo doble hueco o tochana: dispone de 6 agujeros en la cabeza y un grosor de entre 7,5 y 10 cm.
- Ladrillo hueco sencillo o ladrillo de cuarto: incluye 3 agujeros en la cabeza y un grosor de entre 3 y 5 cm; se emplea normalmente para la construcción de tabiques.
Ladrillo macizo
El ladrillo macizo o tocho no tiene orificios o, en el caso de tenerlos, están en su cara mayor y no suponen más del 10% del volumen hueco de la pieza. Resiste una carga mayor que su propio peso y cada pieza tiene dimensiones exactas. Es un ladrillo que presenta un excelente acabado por la forma en que es elaborado, prensado o por extrusión.

Otros tipos de ladrillos
No obstante, conviene hacer un breve repaso a los diferentes modelos que podemos encontrarnos, ya que cada proyecto de construcción es diferente y puede requerir soluciones específicas. Por eso, la elaboración de distintos tipos de ladrillos no es una cuestión aleatoria, sino que dependiendo de la finalidad, la necesidad y el aspecto final que deba tener la obra aplicaremos uno u otro. Y conocerlos es el primer paso que nos permitirá aplicar con mayor acierto y conocimiento de causa el bloque adecuado a cada actuación.
Además de los modelos ya referidos, existen otros tipos de ladrillos de construcción que vamos a mencionar brevemente.
Ladrillo cocido de arcilla
Es el tipo más común y está elaborado de forma artesanal. En este caso no tiene perforaciones y sus caras son rústicas. Como tiene mucha fuerza está indicado para construcciones que no precisen de mucha resistencia, más rústicas, y se desaconseja su uso en construcción de viviendas.
Ladrillo caravista
El uso en fachadas del ladrillo caravista para decoración es muy habitual en muchos países europeos. Muy estético, que no tenga poros facilita que soporte con suficiencia el agua y las bajas temperaturas.
Ladrillo clínker
El ladrillo clínker o gresificado es un tipo de ladrillo caravista que posee unas características especiales de dureza y durabilidad. Son especiales porque se cuecen a altas temperaturas y tienen más densidad y menos absorción de agua.
Ladrillo refractario
El ladrillo refractario tiene una textura lisa y homogénea. Su resistencia al calor, fruto de proporción diferente de los materiales a la de otros ladrillos y su cocción a altas temperaturas, los hace adecuados para el revestimiento de construcciones donde habitualmente se producen fuego y altas temperaturas como, por ejemplo, los hornos, las chimeneas y las calderas.

Tipos de ladrillo perforado
El ladrillo perforado, también denominado panal o gero (como hemos visto anteriormente), no tiene una única versión sino que podemos encontrar en el mercado diferentes opciones con distintos objetivos. Vamos a destacar tres grupos o tipos que a su vez incluyen varios modelos.
Ladrillo perforado para hacer paredes
El ladrillo perforado más frecuente es el del 9 o el 10, dependiendo de su altura en centímetros. Su principal finalidad o uso es ser parte de las paredes exteriores de una vivienda o edificio. También se puede utilizar para el cerramiento de las cajas de ascensores o en aquellos emplazamientos donde se requiere mayor resistencia de los tabiques para otorgar más seguridad a la construcción.
Si bien el ladrillo perforado tiene habitualmente tres filas de agujeros, también existe la versión de cuatro hileras de huecos. Estos modelos son idóneos para utilizarlos en paredes más macizas y resistentes, ya que a través de esa fila extra se colará más cantidad de hormigón.
Termopanal machihembrado
El termopanal machihembrado es una mezcla entre un ladrillo perforado y un bloque de termoarcilla. Este último es un bloque cerámico de baja densidad y mayor grosor que el ladrillo convencional con una gran cantidad de perforaciones, que se utiliza como alternativa a otros materiales de construcción más comunes, como los ladrillos o los bloques de hormigón. En el caso del termopanal, sus huecos son agujeros como en el ladrillo perforado, en lugar de celdas.
Esta solución es más económica que la termoarcilla y da mejor resultado que el ladrillo perforado común debido a que su colocación es más exacta por su condición de machihembrado. Además, es mejor aislante térmico y acústico que el gero pero inferior a la termoarcilla. Por lo tanto, es una alternativa muy interesante para construcciones en las que sea necesario un buen aislamiento a precio más reducido.
Ladrillo perforado acústico
En aras de mejorar el aislamiento acústico de un edificio que se encuentre en una zona con mucho tránsito de gente o vehículos (o cualquier otra casuística que lo aconseje) está a disposición del consumidor y el profesional el ladrillo perforado acústico. Una solución que aporta un mayor aislamiento del ruido exterior y cuyo diseño está elaborado de tal forma que las ondas sonoras se difuminen a su paso por los agujeros del bloque.
En este caso tenemos dos opciones: el ladrillo perforado acústico de 45 decibelios y el ladrillo perforado acústico de 54 decibelios. El primero tiene las mismas dimensiones que el panal del 9 (las veremos más adelante) aunque incluye una mayor cantidad de material cerámico. El segundo modelo, por su parte, proporciona un mayor aislamiento acústico porque es más grande desempeña más eficazmente su función.

Medidas del ladrillo perforado
Cada tipo de ladrillo perforado tiene sus propias medidas. Los hay de muchas dimensiones y a la hora de comprarlos también podemos encontrarlos en palets con diferente número de unidades. Por lo que respecta al ladrillo perforado del 9, su tamaño suele ser de 23,7 cm de largo, 11 cm de ancho y 9 cm de alto o grueso, que es lo que le da el nombre. En el mismo modelo del 10, podemos encontrar bloques de 24 cm de largo, 11,5 cm de ancho y 10 de alto, e incluso, de 28 cm de largo y 13,5 cm de ancho, manteniendo la misma altura.
En el caso del termopanal o ladrillo perforado aligerado machihembrado sus dimensiones alcanzan los 30 cm de largo, 11 cm de ancho y 19 cm de alto. El modelo con perforaciones en horizontal es aún más grande: 40 cm de largo, 20 cm de ancho y 11,5 cm de alto.
Para finalizar con este apartado no podemos dejar de mencionar los dos tipos de ladrillo perforado acústico. En este caso, ambos son muy parecidos al ladrillo perforado del 9. El modelo que ofrece un aislamiento acústico de 45 decibelios tiene unas medidas de 23,5 cm de largo, 11 cm de ancho y 9 cm de alto; el de 54 decibelios es ligeramente más voluminoso: 23,7 cm de largo, 14 cm de ancho y 8,9 cm de alto.
Precio del ladrillo perforado
El ladrillo perforado tiene una ventaja sobre otros materiales de construcción, incluso cerámicos: el precio. Además de ser esta solución más económica es muy fácil de encontrar por su alta demanda y uso.
Si nos vamos al ladrillo perforado común de 9 centímetros de alto, su precio medio se encuentra alrededor de los 0,45 euros de PVP la unidad (también es habitual ver su precio en euros por metro cuadrado), debido al incremento que están sufriendo actualmente los materiales de construcción, cuando hace no demasiado se podían adquirir a un precio más contenido. En esta tesitura, el palet que puede incluir entre 250 y 300 ladrillos ronda los 125 euros.
El resto de los ladrillos perforados de los que hemos hablado son más grandes y, por consiguiente, tienen un precio más alto. Los ladrillos acústicos tienen el mismo tamaño pero más material cerámico y su especificidad también les hace más costosos.
Por cierto, el palet de madera también se cobra aparte aunque se reintegra el dinero en caso de devolverlo. Para evitar este sobrecoste en el precio o la devolución (con todo lo que eso supone), algunos fabricantes están incluyendo una base cerámica.

¿Cómo colocar el ladrillo perforado?
Consideraciones para construir satisfactoriamente una pared con ladrillo perforado paso a paso.
- Mojar los ladrillos para que absorban agua y no estén ni muy calientes ni muy secos. De esta manera, no absorberá el agua del mortero y permitirá que se fragüe correctamente.
- La colocación, como en todos los elementos de tabiquería cerámicos y bloques de hormigón, se hacen trabados al 50% para que tengan más fuerza de agarre.
- Utilizar tiralíneas para que las paredes nos salgan perfectamente rectas.
- Rejuntar bien los ladrillos, que todas las juntas estén bien tapadas y con la pasta bien repartida.
- Al finalizar la colocación de los ladrillos, limpiar las rebabas de mortero que hayan quedado en los ladrillos perforados.