El hormigón es uno de los materiales más utilizados en construcción. Especialmente a lo largo del siglo XX, el rápido desarrollo del cemento hizo que el hormigón adquiriese una mayor notoriedad en las construcciones y que surgiesen diferentes variantes debido a los aditivos que se le iban añadiendo a la mezcla. En cualquier caso, desde su composición clásica de grava, arena y agua, desde hace miles de años se han elaborado diferentes tipos de hormigón y morteros. Uno de ellos, protagonista de esta entrada, es el hormigón ciclópeo, una mezcla de hormigón tradicional que tiene embebidos en su interior cantos rodados de dimensiones considerables, como veremos más adelante.
Así que, básicamente, el hormigón ciclópeo es el material que resulta tras vaciar hormigón tradicional en un molde en el que se encuentran grandes piedras distribuidas espacialmente, y que rellena los espacios entre ellas dando a pie a la homogeneización del conglomerado.

¿Qué es el hormigón ciclópeo?
El hormigón ciclópeo es el punto de encuentro entre una técnica de construcción en desuso desarrollada hace miles de años en Grecia y otros puntos con los recursos más modernos. De hecho, las ciclópeas eran murallas, castros, tumbas u otro tipo de edificación para cuya cimentación se utilizaban grandes bloques de piedra que se ligaban y superponían entre sí sin ningún tipo de mortero añadido ni argamasa.
Su nombre proviene de los Cíclopes, miembros de una raza de gigantes con un solo ojo en mitad de la frente que, según la mitología y algunos de los historiadores griegos clásicos, habrían construido las murallas de Tirinto, entre otras construcciones, con piedras de grandes dimensiones. Como quiera que vestigios de edificaciones similares de otras culturas antiguas también han llegado a nuestros días, no sería correcto circunscribir su origen a un único lugar a pesar de su etimología que, por otro lado, también se denominan construcciones megalíticas.
En cualquier caso, a la antigua técnica ciclópea se le ha añadido hormigón común (cemento, grava, arena y agua) que le confieren una serie de características que detallamos a continuación.

Características y ventajas del hormigón ciclópeo
La principal característica del hormigón ciclópeo son los grandes bloques de piedra que se utilizan en su elaboración, si bien ya no suelen ser tan grandes como en las construcciones de la antigüedad (aunque dependerá del objetivo y la aplicación final). Estos facilitan que la cantidad de hormigón común a utilizar sea mucho menor y, por tanto, que la viabilidad y gasto de muchos proyectos sea más asequible. Además, las piedras o rocas naturales son elementos más económicos y sostenibles.
El hormigón ciclópeo es muy trabajable y su mezcla puede realizarse in situ o incluso transportarse sin mayor impedimento aunque, evidentemente, esto encarece considerablemente la obra. De hecho, lo más lógico y habitual es añadir piedras del lugar a la mezcla mientras se va hormigonando para economizar material. Por otra parte, es muy resistente tanto a los diferentes fenómenos meteorológicos como a la corrosión o la erosión causada por productos químicos.
Las obras donde es más habitual utilizar el hormigón ciclópeo son aquellos espacios o construcciones donde la compactación es escasa y es necesario que las excavaciones sean más profundas para su relleno, como por ejemplo, presas, muros de contención, cimientos, rellenos de zanjas, pisos rústicos o puertos marítimos. Lejos de este tipo de aplicación, también es posible emplearlo para la decoración de fachadas de viviendas y edificios residenciales.
Una característica importante y que no hemos comentado aún es la ausencia de una armadura metálica de refuerzo. El molde en el que se va vertiendo el hormigón y la propia envergadura de los cantos rodados, unido a la baja proporción de hormigón, hace que la mezcla tenga suficiente consistencia como para no necesitar otro tipo de soporte.

Composición
El hormigón ciclópeo, como hemos comentado al inicio, es una mezcla de hormigón tradicional compuesto por grava, arena, cemento y agua con piedras de tamaño medio o gran tamaño. En realidad, las dimensiones del agregado dependerán del tipo de construcción y las necesidades de la misma. Por norma general, la longitud de las piedras será de entre 6 y 12 pulgadas (1 pie) o, lo que es lo mismo, entre 15 y 30 centímetros aproximadamente.
La composición o proporción de la mezcla es de un 60% de hormigón por un lado y 40% de piedras por el otro. En cualquier caso, dependiendo de la agresividad del terreno, la localización o la presencia de agua con sustancias agresivas, se elegirá un tipo de cemento u otro para la fabricación del hormigón, así como su dosificación y permeabilidad.
Los minerales que deben de tener unas características concretas y adecuadas para su uso en el hormigón ciclópeo. Entre ellas, cabe destacar su forma, que debe ser redondeada evitando las lajas, que son las piedras grandes no talladas ni esculpidas, lisas, planas y no muy gruesas. Además, deben estar completamente limpias, libres de polvo y lodo, y tampoco deben estar dañadas con grietas o fracturas, o pasar por un proceso de meteorización. El peso aproximado de los ejemplares más grandes debería ser de unos 15 kg, aunque esto es relativo, tal y como decíamos antes con el tamaño.
La dosis de cemento debe de oscilar entre los 120 y los 150 kgf/m3 (kilogramos fuerza por metro cúbico), es decir, entre 12 y 15 MPa (megapascales). Con el objetivo de garantizar una distribución homogénea del material, no se debe batir someter a procesos de vibrado, ya que podría crear bolsas de aire.

Ejecución
Los cantos rodados no deben ser lanzados violentamente a la mezcla, sino todo lo contrario. Se distribuirán cuidadosamente y serán humedecidos para que no absorban el agua del hormigón, ya que esto debilitaría la estructura. Además, como hay que evitar colocarlos directamente en el suelo para que no se asienten en el terreno, habrá que construir una capa de unos 5 o 10 cm de hormigón simple o pobre de soporte.
Antes de comenzar a crear el hormigón ciclópeo es más que conveniente comprobar el estado de la zona donde se va a realizar. El terreno debe de estar nivelado y asentado, a fin de evitar posibles problemas posteriores.
Una vez las rocas estén distribuidas con un aligera separación entre sí, se verterá el hormigón por encima con sumo cuidado, asegurándose de que va rellenando los espacios libres.
Conclusión
El hormigón ciclópeo es un material de construcción dirigido a obras o estructuras de gran envergadura, aunque también puede ser utilizado en fachadas y suelos dando un toque de diseño característico e incluso, integrándose con más naturalidad en el entorno.
Entre sus principales ventajas, destaca la reducción de los costes en la fabricación o utilización del producto, ya que está formado principalmente por rocas que incluso se pueden encontrar en la misma zona de actuación (producto de proximidad) y permite que la cantidad pura de hormigón, el material más caro, sea más baja. Además, es muy resistente, tanto a la intemperie como a la corrosión por agentes químicos.
Autor fotografía de portada: MunicipioPinas. Libertad de compartir y adaptar bajo las condiciones de Reconocimiento y Compartir Igual (CC BY-SA 2.0).